
Escribo desde chica... En aquellos tiempos, me resultaba fácil escribir en versos. Se parecían más a letras de canciones; impulsos adolescentes de tratar de entender el mundo en un papel. Algún día tendré que desempolvar esas letras para revivirlas...
Con el paso de los años, dejé de escribir por el motivo de "el simple gusto de hacerlo". Siempre tenía una razón concreta que lo impulsara. Me encontré haciéndolo para la facultad, para algún trabajo, para mis seres queridos. Y no hace mucho, me redescubrí escribiendo porque sí, nuevamente. Y hallé aspectos nuevos de mí, y de la manera de escribir. Mis trazos fueron en prosa, y partían de experiencias concretas, de la vida cotidiana. A partir de vivencias personales, empezaron a aparecer casi de manera espontánea, con la necesidad de volcar emociones y sensaciones, en palabras. No hay un hilo conductor, ni todas tienen el mismo tono, ya que al surgir desde lo que me va sucediendo, o lo que veo a mi alrededor, adquieren, cada una, un cariz particular, con diferentes matices, ya que justamente, parten de la vida misma. Además, empecé a notar que escribir es terapéutico, y aliviana algo de mi adentro. Muchos me han dicho que se sentían reflejados o identificados con lo que escribía. Mi mundo interno, lograba transpolarse a las letras, las palabras, las oraciones construyendo un universo desde mí, que me pertenecía, y a la vez no. Porque al ser leído por otros, lo que escribía, empezaba a tomar vuelo, siguiendo otros vías y resignificándose con cada nueva mirada que lo leía. Es seguro que las cosas que me suceden, les pase a muchas personas, y por eso ocurra esta especie de filiación, sentir que nos pasan las mismas cosas.
Un día, una amiga me dice: "Gise, tenés que hacer un blog".
Y, bueno, aquí estoy...
Pero había que ponerle un nombre... y no contaba con un libro como cuando vamos a ser padres... Entonces, entre asociaciones libres, "brainstormings" internos, lecturas de reportajes a músicos y cantantes que me gustan, leyendo frases de escritores que admiro, y demás formas inspiradoras, fui armando una especie de lista concatenada con 20 nombres aproximadamente. Me gustaba la idea de que escribir, sana... pero cambiando sólo una letra: la A por la O, quedaba SONAR. Perfecto! Porque los idiomas en sí mismos, todos, poseen una musicalidad propia. Las palabras combinadas, armando un texto, también. A veces cambio una palabra en una frase porque no me gusta como suena. Y la música es tan importante para mí, que nada quedaba descolgado en ese nombre. Además los mensajes que se transmiten a través de una narración, pueden resonar en los demás... y eso es lo que yo estaba empezando a experimentar.
Ahora sí... ya con nombre elegido, todo listo para que este blog comience su camino. En donde aparecerán diferentes soportes que hablan y cuentan, con su lenguaje propio: textos, palabras, fotos, imágenes, y todas aquellas formas de comunicar que de alguna forma me conmueven y me movilizan para expresar. Y si en esta travesía, logro tocar corazones, tendrá todavía, más sentido esta experiencia.
Bienvenidos!!
